La petrolera iniciará una exploración en aguas profundas del golfo de México
El proyecto supone un avance en el diálogo entre Washington y La Habana sobre seguridad petrolera
Miércoles, 25 de enero del 2012
HUGO L. SÁNCHEZ
LA HABANA
Cada metro que la española Repsol perfore en breve en zonas cubanas del golfo de México será, sin proponérselo, un punto a favor de resolver medio siglo de malas caras y retóricas envenenadas entre Washington y La Habana. El destino ha querido que estas aguas, escenario de naufragios y traficantes de personas huyendo de la isla y rechazados en Florida, constituyan una especie de mesa de negociaciones en este mundo donde el petróleo parece decidirlo todo.
El diario Granma y todos los espacios noticiosos de la televisión informaron la semana pasada de que Repsol reiniciará, en los próximos días, la exploración petrolera en aguas profundas de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) de 112.000 kilómetros cuadrados.
Repsol, esta vez en asociación con la noruega Statoil y la india ONGC-Videsh, realizó un primer intento de hallar hidrocarburos hace ocho años y es una de las nueve empresas extranjeras con lotes contratados en esa zona. Ahora, el pozo se ubicará 22 millas al norte de la costa cubana, en el bloque de Jagüey. Repsol tiene los derechos para seis de los 59 bloques de la ZEE con reservas calculadas de 5.000 a nueve millones de barriles de crudo.
Manuel Marrero, especialista principal de petróleo del Ministerio cubano de Industria Básica, comentó recientemente: «Todos estamos esperanzados, sin falsas esperanzas tontas, de que existen probabilidades de encontrar yacimientos de petróleo y de gas grandes».
La plataforma semisumergible que se utilizará es la Scarabeo 9, indica el periódico del Partido Comunista. Fabricada en China y Singapur, fue verificada por autoridades cubanas de la seguridad marítima y el medioambiente.
El rotativo omitió que, a solicitud de Repsol, la plataforma fue certificada antes por la Oficina de Seguridad y Legalidad Ambiental del Departamento del Interior y el Servicio de Guardacostas de EEUU. El secretario estadounidense del Interior, Ken Salazar, que se entrevistó en Madrid en junio con Nemesio Fernández Cuesta, director de exploración de Repsol, dijo entonces que la petrolera aceptó «voluntariamente cumplir con las regulaciones de EEUU» en el golfo.
La revisión de la plataforma es, de forma indirecta, el punto más avanzado de Washington y La Habana para dialogar sobre seguridad petrolera toda vez que entre ambos países no existe mecanismo bilateral al respecto.
En el fondo de todo, a favor de un entendimiento entre dos gobiernos enemigos, está el fantasma del mayor desastre en el golfo de México, causado por British Petroleum en el 2010.
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